Este verano no vamos. Teníamos previsto volver a nuestra casa, ver a la familia. Pero la información que nos llega desde los medios de comunicación tiene dos palabras: hambruna y Sahel.
Entremedias alguna noticia de Mali, golpe de estado y refugiados.
Nos da miedo ir.
Intento saber cuál es la realidad allí, llamamos, hablo con vecinos del barrio nacidos en pueblos cercanos.
Yo pregunto si hay hambre y comida.
Ellos contestan: no hay cosechas y sequía.
Hablamos lenguajes distintos,
hemos vivido hambres y abundancias distintas.